¿Por qué medios aceptables puede un marido disciplinar a su esposa?
No hay ninguna instrucción o mandamiento en las Escrituras que le indique al esposo disciplinar a su esposa o viceversa. Si bien el esposo tiene autoridad sobre su esposa, esa autoridad debe ejercerse de manera gentil, amorosa y comprensiva. Si una esposa vive en pecado o es desobediente a la palabra, su esposo debe esforzarse por reconquistarla gentilmente para que vuelva a obedecer con consejos piadosos ofrecidos con paciencia y amor.
Si estas medidas no tienen éxito o si la discordia en el matrimonio está demasiado arraigada, entonces un marido cristiano puede buscar apoyo de la iglesia en forma de consejo pastoral, asesoramiento matrimonial o incluso disciplina eclesiástica. En el caso de la disciplina de la iglesia, el liderazgo de la iglesia debe seguir los pasos descritos en Mateo 18 para alentar a la mujer a arrepentirse, lo que puede implicar apelaciones personales hechas por los líderes de la iglesia o, en el peor de los casos, la interrupción del compañerismo. Sin embargo, el esposo no desempeña ningún papel en estos pasos, ya que son administrados por el liderazgo de la iglesia.
Finalmente, cualquier intento por parte de un esposo de imponer su voluntad a su esposa, ya sea mediante fuerza física, intimidación u otras formas de abuso, no es apropiado ni piadoso (y puede ser ilegal).