¿Cómo debemos manejar los cuerpos cuando la gente muere?
La Biblia no dice nada sobre el entierro versus la cremación porque, francamente, no importa. Una vez que una persona ha muerto, ese cuerpo es sólo polvo esperando a disolverse. No tiene significado para Dios ni para el individuo.
Dicho esto, no debemos profanar el cuerpo.
Hay una sugerencia de que sería mejor enterrar nuestros cuerpos que cremarlos. El argumento es que podría enviar un mejor testimonio sobre nuestra esperanza de resurrección. Podría sugerir que sabemos que recibiremos otro cuerpo. Mientras que la cremación podría sugerir que es posible que nunca recibamos otro cuerpo.
Esta no es necesariamente una lógica sólida, por lo que la decisión se vuelve puramente personal.
Para el cristiano que ha muerto, el cuerpo que ha dejado atrás no tiene ningún significado: ahora su atención se centrará en morar en la presencia del Señor.