En Levítico 4:13-14,23-24 la ofrenda por el pecado para un líder es un carnero, y para la congregación es un novillo. Sin embargo, en Levítico 9 se hace lo contrario. ¿Puedes aclararme esto?
La diferencia entre Levítico 4 y 9 está en el tipo de pecado cometido. En el caso de Levítico 4, los sacrificios son ofrendas por el pecado. El sacrificio mayor (es decir, el toro) se hace para la congregación y el sacrificio menor (la cabra) se hace para el líder. Estos sacrificios expían el pecado de la congregación o del individuo según los términos del Antiguo Pacto. El público de estos sacrificios era el Señor mismo.
Por otro lado, los sacrificios del Capítulo 9 debían establecer la limpieza ritual de los primeros sacerdotes designados para servir en el templo. Mediante estos sacrificios, Aarón y los sacerdotes demostraron una admisión de su propia pecaminosidad ante Dios y el pueblo de Israel, por lo que la audiencia de estos sacrificios era tanto Dios como el pueblo mismo.
En el caso de estos sacrificios, todos los tipos principales de animales de sacrificio están involucrados para ilustrar que los hombres que sirven a Israel en el tabernáculo no son menos pecadores que aquellos a quienes sirven. Además, Aarón, el Sumo Sacerdote, sacrifica el animal más valioso para ilustrar que su pecado es tan malo como el pecado del pueblo en general. También fue irónico que el pecado más famoso de Aarón fuera hacer un ídolo de becerro para el pueblo.
Note que en el Capítulo 9 Moisés dice que estos sacrificios asegurarían que Israel viera la gloria del Señor, lo que confirma que estos sacrificios eran para la limpieza ritual de los sacerdotes. Hasta que los sacerdotes reconocieran su propia indignidad, el Señor no aparecería. Este detalle dibuja un cuadro de nuestra relación con Dios a través de Cristo. Nuestro Sumo Sacerdote tuvo que identificarse con el pecado del pueblo mediante un sacrificio, antes de que pudiera aparecer la gloria del Señor.