Lucas 7:36-38 relata cómo Simón, un fariseo, invitó a Jesús a cenar y una mujer desconocida vino y lo ungió. Pero en Juan 12:1-3 se da un relato de Lázaro y sus hermanas invitando a Jesús a su casa y María ungiéndolo. ¿Son estos dos relatos diferentes o el mismo relato contado de diferentes maneras?
El momento registrado en Lucas 7 y el registrado en Mateo 26/Marcos 14/Juan 12 son momentos diferentes, y el contexto de cada relato deja claras las diferencias.
En concreto, podemos enumerar las diferencias notables:
En el relato de Lucas, Jesús entra en la casa de un fariseo llamado Simón. En Matt/Mark/John, la escena tiene lugar en la casa de un leproso llamado Simon. Simón (o Shimón o Simeón) es un nombre judío común, pero dado que un hombre con lepra activa sería inmundo, nunca podría ser aceptado como miembro del fariseo, por lo tanto estos dos Simón deben ser hombres diferentes.
En el relato de Lucas, la escena tiene lugar en algún lugar cerca de Naín, en Galilea. En Mateo/Marcos/Juan, la escena tiene lugar en Betania, cerca de Jerusalén, que está a una distancia considerable.
En el relato de Lucas, a la cena asisten sólo los incrédulos (ver Lucas 7:49), mientras que en Mateo/Marcos/Juan, a la cena asisten los discípulos de Jesús, Lázaro, Marta y María.
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En el relato de Lucas, a la mujer se la llama pecadora, probablemente refiriéndose a una prostituta, mientras que la mujer en Mateo/Marcos/Juan es María, la hermana de Marta y Lázaro, que nunca es identificada como una prostituta en los Evangelios.
En el relato de Lucas, la mujer derrama aceite sólo sobre los pies de Jesús, mientras que en Mateo/Marcos/Juan la mujer derrama aceite sobre la cabeza y los pies de Jesús.
En el relato de Lucas, la mujer llora y usa sus lágrimas para lavar los pies de Jesús, pero en Mateo/Marcos/Juan nunca se dice que la mujer esté llorando y solo unge a Jesús con el perfume.
Estas diferencias hacen imposible conciliar los dos relatos en un solo momento. Por lo tanto, concluimos que solo Lucas registró un momento temprano en el ministerio de Jesús cuando una prostituta vino a Jesús en arrepentimiento, mientras que los otros tres evangelios registraron un momento separado cuando María ungió a Jesús en preparación para su muerte. Estas dos ocasiones comparten varias similitudes, pero las diferencias entre los relatos dejan claro que no son lo mismo.