¿Es malo convertirse a otra religión?
La Biblia es clara en que sólo hay una manera de llegar al Cielo: por la fe en el Señor Jesucristo. Jesús declaró que Él era el único camino al Padre por el que nadie viene al Padre excepto por la fe en Jesús.
Además, la Biblia dice que el estándar de Dios para entrar al Cielo es la perfección: debemos ser tan perfectos como Dios para entrar al Cielo. Puesto que todas las personas han pecado y no alcanzan esta norma (Romanos 3:23), debemos obtener la perfección necesaria de otra manera. En Su misericordia, Dios abrió un camino para que a los pecadores se les acreditara la perfección al enviar a Su Hijo, Jesús, a vivir una vida perfecta en la tierra como hombre. Cuando Jesús murió en la cruz, moría para pagar por los pecados de todos los que creen en Él, y por nuestra fe en Jesús podemos recibir crédito por Su vida perfecta en lugar de nuestros pecados. Este es el único evangelio verdadero por el cual podemos ser salvos y entrar al cielo.
Por lo tanto, si alguien se “convierte” a la fe en Jesucristo, entonces es algo muy bueno, porque significa que la persona ha nacido de nuevo en la familia de Dios y será salva, como dijo Jesús:
Juan 6:40 “Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día postrero”.
Por otro lado, si alguien rechaza esta verdad y decide seguir algún otro sistema religioso creado por el hombre (es decir, budismo, catolicismo, mormonismo, islam, etc.), entonces sería algo muy malo, ya que esa persona han caído en una de las muchas mentiras de Satanás y han sido persuadidos a depositar su confianza en algo que no puede borrar su pecado ni otorgarles la perfección requerida para entrar al Cielo.
Finalmente, si alguien se convierte de una religión falsa a otra (por ejemplo, del budismo al Islam, o del catolicismo al mormonismo, etc.), entonces el resultado no tiene sentido. Cambiar una mentira por otra no cambia el destino eterno de la persona. Sólo al llegar a la fe en Jesucristo, una persona puede reconciliarse con Dios y recibir la seguridad de que será bienvenida en el cielo y recibirá la salvación del juicio.