¿Cómo debemos preparar a nuestras familias mientras esperamos la venida del Señor en el Rapto?
La respuesta depende del estado del corazón de los miembros de su familia.
Si su familia también es creyente, entonces deberíamos animarlos a vivir con ojos para la eternidad. Animándolos a estudiar lo que dice la Biblia, apreciando que el enfoque está en el reino eterno, no en esta tierra. Pasaremos un período mucho más largo sirviendo a Jesús en la próxima vida (el Cielo) que en ésta. Por lo tanto, debemos utilizar esta vida, en la mayor medida posible, para prepararnos para la próxima.
Podemos animarlos a considerar que cada decisión que tomen tiene un impacto en sus recompensas eternas. No dejarse distraer por las preocupaciones y los placeres, las riquezas y las preocupaciones de esta vida. No pensar que este mundo es el cielo, ni llegar a serlo, sino utilizar este lugar para prepararse para lo que viene después.
Si tenemos incrédulos en nuestra familia, sólo nos queda una opción: ¡predicamos el Evangelio! En nuestras palabras y en nuestras acciones. Les explicamos pacientemente, llevándolos a la palabra y mostrándoles lo que dice sobre Jesús.
Hasta que crean, nada más importa. No serán parte de ese momento de resurrección, no tendrán ese futuro en el Cielo.
Adoptemos una mentalidad para vivir con ojos para la eternidad.