¿Qué dice la Biblia sobre la práctica de "jugar a ser Dios" y crear vida a través de tratamientos de fertilidad?
Con el aumento de la infertilidad, su pregunta reflexiva plantea algunas implicaciones difíciles y complejas. Pero como la Biblia no dice nada específicamente sobre este tema, debemos tener cuidado de no apresurarnos a sacar conclusiones. Sin embargo, las Escrituras sí argumentan que el trabajo de crear e implantar un embrión no es inherentemente malo o pecaminoso.
Primero, la palabra de Dios declara que la vida humana es sacrosanta y preciosa para Él, pero también acredita solo a Dios como Quien causó el nacimiento de un niño. Considere una muestra de Salmos:
Sal. 127:3 He aquí, regalo de Jehová son los hijos,
El fruto del vientre es una recompensa.
Sal. 22:9 Sin embargo, tú eres el que me sacaste desde el vientre;
Me hiciste confiar cuando sobre los pechos de mi madre.
Sal. 22:10 Sobre ti fui arrojado desde que nací;
Tú has sido mi Dios desde el vientre de mi madre.
Sal. 71:6 En ti he sido sustentado desde mi nacimiento;
Tú eres el que me sacó del vientre de mi madre;
Mi alabanza es continuamente de Ti.
Claramente, el Señor es Quien determina cuándo nacerá un niño en una familia y bajo qué circunstancias. Los médicos y otros profesionales desempeñan un papel en el proceso pero no en el resultado. En el mejor de los casos, la medicina moderna es una herramienta utilizada por Dios para dar a luz a aquellos que Él ha elegido para conceder vida. En ese sentido, los médicos especialistas en fertilidad no son diferentes a las parteras de la antigüedad, que daban a luz a los niños según los propósitos de Dios.
Por ejemplo, consideremos la situación en Egipto durante el Éxodo:
Ex. 1:15 Entonces el rey de Egipto habló a las parteras hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra y la otra se llamaba Fúa;
Ex. 1:16 y él dijo: Cuando ayudes a las mujeres hebreas a dar a luz y las veas en la camilla, si es un hijo, lo matarás; pero si es hija, vivirá”.
Ex. 1:17 Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como el rey de Egipto les había mandado, sino que dejaron vivir a los niños.
Pregunte ¿quién fue el responsable de conceder la vida a estos niños judíos? En términos humanos la respuesta son las parteras, pero en términos bíblicos la verdadera respuesta es que Dios usó a las parteras para asegurar el nacimiento de los niños que Él ordenó vivir. Asimismo, ¿quién es el responsable de tener hijos a partir de tratamientos de fertilidad? ¿Son los médicos o Dios?
Finalmente, considere este conocido salmo:
Sal. 139:13 Porque tú formaste mis entrañas;
Me tejiste en el vientre de mi madre.
Sal. 139:14 Te daré gracias porque soy formidable y maravillosamente hecho;
Maravillosas son tus obras,
Y mi alma lo sabe muy bien.
Sal. 139:15 Mi cuerpo no fue escondido de ti,
Cuando me hicieron en secreto,
Y hábilmente trabajado en las profundidades de la tierra;
Sal. 139:16 Tus ojos han visto mi sustancia informe;
Y en tu libro fueron todos escritos
Los días que me fueron ordenados,
Cuando aún no existía ninguno de ellos.
¿Quién forma al niño que vive? ¿Quién escribió la vida de cada niño en Su libro antes de su nacimiento? Entonces, al fin y al cabo, ¿quién es responsable de la vida y la muerte? Dios considera la nueva vida una bendición y un regalo, y nosotros también deberíamos hacerlo.