¿Puede un cristiano unirse a una hermandad o fraternidad/masonería? A menudo, el proceso para unirse incluye tomar juramentos o votos y cantar.
Un cristiano tiene libertad en todos los asuntos que no se abordan directamente en las Escrituras, siempre que el individuo no caiga en pecado. Asociarse con cualquier grupo (incluida una hermandad o fraternidad) es una cuestión de convicción personal. De hecho, nuestro testimonio cristiano al mundo requiere que nos asociemos con incrédulos en una variedad de entornos para llevar la luz del Evangelio a ese lugar:
1Cor. 5:9 Os escribí en mi carta que no os juntéis con gente fornicaria;
1Cor. 5:10 De ninguna manera me refiero a los inmorales de este mundo, ni a los avaros y estafadores, ni a los idólatras, porque entonces tendrían que salir del mundo.
Por otro lado, si esa asociación lleva al cristiano a prácticas pecaminosas claramente prohibidas por las Escrituras, entonces esa asociación ya no es permisible y el cristiano debe terminar esa relación. Asimismo, también está permitido hacer juramentos y votos siempre que no obliguen al cristiano a actuar pecaminosamente. (Por ejemplo, un juramento de testificar sinceramente está permitido, pero no un voto de cometer un delito).
1Cor. 6:12 Todo me es lícito, pero no todo me conviene. Todo me es lícito, pero no me dejaré dominar por nada.
Por eso debemos usar el discernimiento al elegir nuestras asociaciones. Evalúe cuidadosamente las personas y prácticas de estas asociaciones antes de unirse, y si después de formar parte de la asociación descubre prácticas incompatibles con su testimonio cristiano o que hieren su conciencia, desvincule.
Respecto a la masonería, el potencial de prácticas pecaminosas es mucho más claro en esa asociación, como lo explica el siguiente artículo de nuestro sitio web: ¿Pueden los cristianos unirse a la masonería?