Respuesta Bíblica

¿Por qué no arrojamos nuestras perlas a los cerdos?

¿Podrías explicar la interpretación correcta de Mateo 7:6? Dado el contexto del capítulo, creo que se malinterpreta demasiado.

En cuanto a Mateo 7:6, este versículo se encuentra en medio de una sección de tres partes del séptimo capítulo de Mateo. En los versículos 1 al 5, Jesús explica nuestra obligación hacia nuestros hermanos y hermanas en el Cuerpo de Cristo. En los versículos 7 al 11, Jesús enseña acerca de nuestra obligación hacia Dios. En el versículo 12, Jesús resume que debemos tratar a todos de la manera en que queremos ser tratados, como lo espera la Escritura.

Entre estas dos secciones, Jesús ofrece un solo versículo sobre nuestras obligaciones con el mundo incrédulo. Jesús usa perros y cerdos como símbolos de los incrédulos, ya que los judíos consideraban que ambos animales representaban al mundo gentil impuro. Jesús les dice a los discípulos que no deben compartir lo que es santo con los incrédulos. La pregunta es ¿qué estaba describiendo Jesús?

En el contexto de Mateo 7, el significado probable de lo que es "santo" es la comunión, la práctica y la intimidad cristianas dentro del Cuerpo de Cristo. De la misma manera que Pablo enseña que la oscuridad y la luz no tienen nada en común, Jesús dice que debemos cuidar nuestras asociaciones y nuestra disposición a incorporar a los no creyentes en nuestras relaciones cercanas. Jesús dice que los "perros" nos destrozarán y los "cerdos" pisotearán las experiencias santas y únicas de los creyentes, ya que los no creyentes son incapaces de apreciar tales cosas.

Muchos interpretan que la declaración de Jesús incluye una advertencia contra compartir repetidamente el Evangelio con los incrédulos que han mostrado desprecio e incluso hostilidad hacia la verdad. Esta interpretación también es coherente con el contexto general de Mateo 7 y está en consonancia con la visión general de la Biblia sobre la evangelización. La fe es un don (Efesios 2:8-9) y solo Dios crea una nueva fe a través del Espíritu, por lo que nuestra obligación hacia los incrédulos no debe incluir la expectativa de que podamos producir un cambio de corazón. Solo Dios puede efectuar tal cambio, por lo que debemos cuidarnos de que las Buenas Nuevas no sean tratadas a la ligera (es decir, echándolas a los perros y a los cerdos).

Sin embargo, sería un error sugerir que Mateo 7:6 exime a los cristianos de la obligación de compartir el Evangelio o de buscar a los incrédulos. Jesús no está sugiriendo que no debamos tratar de alcanzar a los perdidos, sino que está enseñando que nuestro deseo de convertirlos no debe hacer que vayamos más allá de lo que Dios permite.