Me he sentido muy conmovido por las enseñanzas del pastor Armstrong, pero rara vez experimento el mismo impacto cuando escucho a mi pastor predicar los domingos. ¿Por qué hay tanta diferencia entre sus enseñanzas y las de mi pastor?
No existe una distinción bíblica clara entre predicación y enseñanza, pero podemos ofrecer algunas observaciones basadas en nuestra experiencia.
En primer lugar, la enseñanza puede definirse como la exposición (o explicación) del significado de las Escrituras, mientras que la predicación combina la enseñanza bíblica con un llamado específico a obedecer la palabra de Dios. La predicación apropiada depende de una enseñanza sólida, pues ¿cómo podemos obedecer lo que no entendemos? Por lo tanto, toda predicación sólida debe incluir la enseñanza bíblica, aunque no toda enseñanza debe convertirse en predicación. La elección de si "enseñar" o "predicar" dependerá del propósito del orador y del contexto. Por ejemplo, el pastor Armstrong generalmente enseña cuando se dirige a una clase de estudio bíblico, ya que el ambiente del aula se presta a la instrucción didáctica y al diálogo, mientras que una exhortación a reaccionar de una manera específica no es necesaria ni apropiada para el momento.
Sin embargo, incluso en tal situación de enseñanza, el Espíritu Santo permanece constantemente activo en los corazones de los creyentes para tomar la palabra de Dios tal como es enseñada y usarla para convencer al oyente de pecado y obligarlo a obedecer la palabra de Dios.
Hebreos 4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.
2Tim. 3:16 Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia,
En un contexto diferente, el pastor Armstrong buscará conscientemente exhortar a sus oyentes a pensar cuidadosamente sobre la enseñanza de las Escrituras y considerar una respuesta particular. En este caso, predica el mensaje para alentar una respuesta específica, que él siente que refleja adecuadamente la enseñanza del texto. Estos momentos se reservan tradicionalmente para reuniones del cuerpo destinadas a la adoración y la exhortación (es decir, servicios dominicales, devocionales, sesiones de conferencias, etc.).
Una vez más, la predicación apropiada de la palabra depende primero de una enseñanza apropiada. Si un orador no enseña un pasaje correctamente (o ni siquiera menciona las Escrituras), entonces su predicación no tendrá autoridad ni propensión a conmover corazones. Sospechamos que este puede ser el problema que usted ha encontrado en sus años de escuchar "predicación" ineficaz en su iglesia. Si la predicación de su pastor no se basa en un análisis y una enseñanza adecuados de la palabra de Dios, entonces es simplemente un discurso.