Devocional

¿Equilibrar riqueza y humildad?

Soy miembro de varias comunidades en línea, incluida la comunidad "Faith Driven Business" en LinkedIn. Recientemente se planteó una pregunta en los foros de discusión: "¿Le cuesta equilibrar la riqueza y la humildad?"

Basado en los enlaces y referencias que se compartieron en esa discusión, me pareció una conversación sobre el falso "evangelio de la prosperidad". Aquí está mi contribución a esa conversación:

Me parece interesante que todos los comentarios hasta ahora se hayan centrado en la parte de la pregunta sobre "riqueza". No pretendo juzgar... simplemente lo encontré interesante.

Reflexioné sobre el lado de la "humildad" de la cuestión y traté de comprender la humildad bíblica. Antes de que me hicieran esta pregunta, pensaba que humildad = mansedumbre. La mansedumbre es una naturaleza apacible y tranquila que a menudo se refleja en alguien intimidado o sumiso y que carece de iniciativa o voluntad.

Números 12:3 dice que Moisés era "un hombre muy humilde, más humilde que cualquier otro sobre la faz de la tierra", ¡y sin embargo Moisés dirigió una nación de más de un millón de personas! Él juzgó, dictó decisiones y fue el agente elegido por Dios en la tierra para impartir Su Ley.

¿Cuanto más estudiaba la humildad bíblica en las personas de Moisés, David, Salomón (Eclesiastés... whoah!), y especialmente Cristo expulsando a los cambistas con un látigo? (Juan 2:15) y decirle a sus discípulos que compraran una espada si no la tenían? (Lucas 22:36), más descubrí que la humildad NO es mansedumbre.

La humildad bíblica es conocer tu lugar en relación con Dios y con los demás que te rodean y luego comportarte de una manera consistente con esa realidad.

Moisés sabía que su lugar ante Di-s era el de siervo. Al mismo tiempo, Moisés estaba en una posición de autoridad sobre toda una nación. La humildad de Moisés consistió en comportarse de manera consistente con esa realidad. Él NO era un hombre manso que traía esa salsa débil. Cristo sabía que su lugar ante el Padre era el de siervo ("no se haga mi voluntad, sino la tuya"). Al mismo tiempo, Jesús estaba en una posición de autoridad sobre *todo en la creación* (Mateo 28:18, Colosenses 2:10).

La humildad bíblica no es *faltar* de voluntad sino más bien poner la voluntad de Dios por encima de la nuestra.

Con respecto a la humildad y la riqueza, creo que Pablo lo dijo mejor:

"No es que hable por necesidad, porque he aprendido a estar contento en cualquier circunstancia en la que me encuentre. Sé llevarme bien con medios humildes, y también sé vivir en prosperidad; en todas y cada una de las circunstancias he aprendido el secreto de estar saciado y de tener hambre, así de tener abundancia como de sufrir necesidad. Todo esto lo puedo en Cristo que me fortalece." (Filipenses 4:11-13)

Que todos encontremos nuestro lugar de humildad ante el Señor.

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