Respuesta Bíblica

¿Puede una persona rica entrar al cielo?

He oído que la gente rica no llega al cielo porque su riqueza es su dios. ¿Es esto cierto? ¿Tienen las personas ricas una oportunidad de salvación?

La respuesta es sí, es posible que un hombre rico se salve por gracia, así como todos los hombres pueden ser salvos. Las Escrituras incluyen numerosos relatos de hombres que eran ricos y, sin embargo, siguieron fielmente al Señor.

Tal vez el mejor ejemplo de un creyente que era rico sea Abraham (p. ej., Génesis 12). La Biblia testifica que tenía muchas ovejas, bueyes, asnos, camellos y siervos, y aun así fue llamado el padre de la fe.

La riqueza en sí no es mala. La Biblia dice que el amor al dinero es el problema. En 1 Timoteo 6:10, Pablo dice lo siguiente:

Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron traspasados ​​de muchos dolores.

Como dices, para algunas personas ricas, su riqueza es su dios. Jesús nos dice en Mateo 6:24:

Nadie puede servir a dos señores, porque odiará a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas.

Una persona que hace de la riqueza su dios claramente no es devota del Dios verdadero. Probablemente el mejor ejemplo de esto es cuando Jesús le da el evangelio al joven rico en Mateo 19:16-26:

Y he aquí se le acercó uno y dijo: Maestro, ¿qué bien haré para obtener la vida eterna? Y Él le dijo: ¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Solo Uno es bueno; pero si deseas entrar en la vida, guarda los mandamientos.  Él le dijo*: ¿Cuáles? Y Jesús respondió: No matarás; no cometerás adulterio; no hurtarás; no darás falso testimonio;  honra a  tu  padre y a  tu  madre; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.  El joven le dijo*: Todo esto lo he guardado; ¿qué me falta todavía?
Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme. Pero al oír el joven estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes. Y Jesús dijo a sus discípulos: En verdad os digo que es difícil que un rico entre en el reino de los cielos. Y otra vez os digo que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios. Al oír esto, los discípulos estaban llenos de asombro, y decían: Entonces, ¿quién podrá salvarse? Pero Jesús, mirándolos, les dijo: Para los hombres eso es imposible, pero para Dios todo es posible.

Aunque puede resultar difícil para quien se dedica a sus riquezas dejarlas de lado, si es necesario, y llegar a la fe en Jesucristo, la misma barrera existe para todos los hombres de una manera u otra. Por eso los Apóstoles hicieron la pregunta anterior y por eso Jesús respondió diciendo que lo imposible es posible para Dios. La verdad es que nadie puede salvarse por su propio poder para vivir con rectitud y elegir a Dios por encima de nuestros deseos terrenales. La salvación viene solo por la fe, y la fe es el don gratuito de Dios (Efesios 2:8). Por eso Jesús dice que es imposible para los hombres y posible solo con Dios.

Observemos que lo contrario de Mateo 6:24 también es cierto. Si una persona ama y es devota de Dios, despreciará las riquezas. Es decir, no pondrá su confianza en sus riquezas ni descansará en ellas. Vemos esto también con Abraham, ya que las Escrituras nos dicen que él nunca vio esta tierra como su hogar. Hebreos 11:9-10 lo expresa de esta manera:

Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

Abraham nunca se dedicó a sus riquezas. Siempre miró hacia el cielo, donde estaba su verdadero hogar.

En resumen, las Escrituras no nos dicen que una persona rica no pueda ir al cielo. Más bien, Dios dice que una persona que se dedica a la riqueza y a ganar más no puede ser un siervo de Dios, porque esa persona está dando evidencia de que el dinero es su amo y no puede servir a dos amos. Las personas que sirven a la riqueza (o la convierten en su dios) claramente no buscan servir a Dios porque lo conocen verdaderamente. Con toda probabilidad, estas personas no irán al cielo, a menos que y hasta que lleguen a conocer al único Dios verdadero en la Persona del Señor Jesucristo.