Mateo 4:1 nos dice que Jesús fue guiado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. ¿Significa esto que Dios (es decir, el Espíritu) tienta a los creyentes?
En Mateo 4, Jesús es llevado al desierto por el Espíritu, pero el Espíritu de Dios nunca tentó a Jesús. El enemigo tentó a Jesús a pecar:
Mate. 4:1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.
Mate. 4:2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
Mate. 4:3 Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
Note que al enemigo se le llama "el tentador", ya que él fue quien tentó a Jesús, no el Espíritu de Dios. Entonces el Espíritu llevó a Jesús a viajar al desierto, pero esto no es lo mismo que tentar a Jesús a pecar.
Además, las Escrituras son explícitas en que Dios nunca tienta a nadie a pecar:
Santiago 1:13 Nadie, cuando sea tentado, diga: Estoy siendo tentado por Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, y Él mismo no tienta a nadie.
Por otro lado, el Señor puede permitirnos experimentar tentaciones para crecer espiritualmente, como dice claramente la Biblia:
1Cor. 10:13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; y fiel es Dios, que no os permitirá ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también con la tentación la salida, para que podáis soportar.
Dios permite que seamos tentados pero sólo hasta un límite. Permitir que seamos tentados NO es lo mismo que ser causa de la tentación. Ésta es la distinción que hace la Biblia.