El pastor Armstrong enseñó que era difícil evangelizar a ciertas religiones porque creen que sus buenas obras los llevan al cielo. ¿No depende de Dios determinar quién se salva? Estoy un poco confundido, por favor, ayúdenme.
Como lo indica tu pregunta, las Escrituras enseñan que todos los hombres nacen muertos en el pecado, incapaces de buscar verdaderamente a Dios y opuestos a Él por naturaleza. Solo después de que Dios produce un nuevo nacimiento espiritual, alguien responderá con fe. En Romanos, Pablo explica esta realidad bíblica con gran detalle y enseña que la gracia se entiende más claramente como la manera en que Dios nos lleva a la fe mientras estamos perdidos en nuestro pecado.
Este hecho da lugar a numerosas preguntas. Por ejemplo, ¿qué lugar ocupa la evangelización en el proceso de llevar a otros a la fe? ¿Podemos influir en la decisión de Dios de llevar a alguien a la fe? ¿Qué propósito tienen nuestros esfuerzos evangelizadores? El pastor Armstrong enseña sobre muchos de estos puntos durante el curso de su estudio de Romanos, pero podemos resumirlos aquí:
En primer lugar, Dios es el autor y consumador de nuestra fe (Hebreos 12:2), y como tal, sólo Él es responsable de nuestra salvación. En pocas palabras, los hombres son salvos si (y cuando) Dios decide salvarlos (Efesios 2:8-9). Sin embargo, Dios se ha propuesto obrar a través de los esfuerzos de los hombres para difundir el Evangelio y llevar a otros a conocerlo (Mateo 28:19-20). La Gran Comisión es fundamentalmente una expresión de cómo Cristo edificará Su Iglesia a través del trabajo de los creyentes.
Si aceptamos estas verdades, llegamos a la conclusión de que nuestra participación en la difusión del Evangelio es para la gloria de Dios y para nuestra propia bendición, pero nuestra participación en la evangelización no es esencial para los propósitos de Dios de salvar a los hombres, ni compartimos nada de Su gloria cuando participamos obedientemente en llevar a otros a la fe.
El pastor Armstrong suele usar la analogía de la búsqueda de huevos de Pascua para explicar la relación entre la soberanía de Dios en la salvación y nuestra responsabilidad de difundir el Evangelio. En su analogía, el pastor Armstrong describe al incrédulo como un huevo escondido en el mundo esperando que alguien lo descubra. La Biblia dice que Dios Padre decide soberanamente quién recibirá el Evangelio, lo que puede compararse con la forma en que un padre decide cuántos huevos tiene disponibles y dónde esconderlos en el jardín.
Nuestro mundo está lleno de “huevos” escondidos (es decir, futuros creyentes) que esperan ser encontrados. Los encontramos al obedecer la Gran Comisión. El Padre está trabajando constantemente por medio de Su Espíritu en el mundo para preparar corazones para recibir el Evangelio, y estos “huevos” son nuestros si los buscamos (Juan 4:35). Como un niño que corre por el patio buscando ansiosamente huevos, debemos trabajar ansiosamente para cumplir los mandamientos de Cristo para que podamos tener la oportunidad de “descubrir” al próximo creyente.
Cuando nos encontramos con un corazón preparado por el Espíritu de Dios, hemos encontrado un huevo, y veremos una respuesta positiva al Evangelio (Juan 6:44). Nuestro entusiasmo por difundir el Evangelio debe surgir de nuestra confianza en que Dios ha colocado corazones en el mundo listos para el Evangelio, por lo que sabemos que si buscamos lo suficiente, encontraremos el éxito. En este sentido, la soberanía de Dios en la salvación es nuestra razón para evangelizar (en lugar de una excusa para NO buscar a los perdidos), porque tenemos confianza en que los "huevos" existen en alguna parte.
En la búsqueda de huevos de Pascua, los niños no determinan cuántos huevos existen, pero sí pueden influir en la cantidad que cada niño puede recolectar. De la misma manera, no determinamos las almas que serán salvadas por la gracia de Dios, pero sí podemos influir en la cantidad de personas que creerán mediante la práctica diligente de nuestra fe, y si somos fieles en la búsqueda de esos "huevos", obtenemos la alabanza y la recompensa de nuestro maestro por ese fiel servicio.
En resumen, participamos activamente en la búsqueda de los perdidos proclamando las buenas nuevas del Evangelio y discipulando a los salvos porque nuestro Señor nos ordenó hacerlo. Le servimos obedientemente de estas maneras con la expectativa de tener éxito porque sabemos que Él se ha propuesto trabajar a través de los hombres para traer a los perdidos a la fe, y porque entendemos que tenemos la oportunidad de ganar recompensa por nuestra fidelidad. Al final, sin embargo, el número de los que serán salvos fue determinado por la elección de Dios desde la fundación de la tierra (Efesios 1:4).
Por último, usted planteó un buen punto al cuestionar los comentarios del pastor Armstrong sobre su dificultad para evangelizar a ciertos grupos. Fundamentalmente, usted tiene razón en que Dios puede elegir salvar a cualquier persona, por lo que ningún grupo está fuera de Su voluntad de llevarlos a la fe. El pastor Armstrong no tenía la intención de sugerir que algún grupo sea menos capaz de ser salvo. Por otra parte, es la experiencia del pastor Armstrong que ciertos grupos religiosos pueden ser particularmente resistentes al Evangelio, lo que puede ser un reflejo del deseo de Dios de dejar a algunos en la desobediencia y la ignorancia.
Sin embargo, Verse By Verse Ministry no está menos comprometido con llevar las Buenas Nuevas a toda persona posible, ya que no presumimos de quién está preparado y dispuesto el Señor para conceder misericordia. El pastor Armstrong continúa enseñando a cualquier grupo con la esperanza de poder descubrir otro "huevo" allí, y le agradece por haberle llamado la atención sobre este punto. Tiene la intención de corregir su presentación sobre este punto en el futuro.