¿Qué es el Libro de la Vida del Cordero? ¿Determina quién será salvo?
Hay varios pasajes en la Biblia que hablan acerca del Libro de la Vida. Algunos pasajes hablan acerca de nombres que se escriben en el Libro de la Vida, otros acerca de nombres que no se escriben en el Libro de la Vida y otros acerca de nombres que se borran del Libro de la Vida.
En conjunto, las Escrituras enseñan claramente que un verdadero creyente en Cristo está inscrito en el Libro de la Vida por elección de Dios desde antes de la fundación de la tierra, y los creyentes (es decir, los elegidos) no pueden ser borrados del Libro de la Vida. Por lo tanto, los incrédulos nunca se encuentran inscritos en el Libro de la Vida.
En primer lugar, las Escrituras nos dicen que es Dios quien da misericordia a quienes Él elige de antemano. Hay muchos pasajes que demuestran esto, pero aquí veremos solo uno de Efesios:
Efesios 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
Efesios 1:4 según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. En amor
Efesios 1:5 nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad,
Efesios 1:6 para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado.
Si bien este pasaje dice claramente que Dios nos eligió y nos predestinó, también dice que lo hizo antes de la fundación del mundo. Por lo tanto, esto significa que los nombres de los creyentes fueron escritos en el Libro de la Vida antes de que Dios creara el mundo.
Otras Escrituras nos dicen explícitamente que los incrédulos también son conocidos de antemano y, por lo tanto, no se encuentran en el libro:
Apocalipsis 13:8 Y la adorarán todos los que moran en la tierra, cuyos nombres no han sido escritos, desde la fundación del mundo, en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado.
Apocalipsis 17:8 La bestia que viste, era y no es, y está para subir del abismo e ir a la destrucción. Y los moradores de la tierra, cuyos nombres no se han escrito en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se asombrarán al ver la bestia que era y no es, y que vendrá.
Ambos pasajes describen claramente a los incrédulos como aquellos cuyo nombre no ha sido escrito en el Libro de la Vida desde la fundación del mundo. En conjunto, estos pasajes sólo pueden significar que los nombres de los creyentes están escritos en el Libro de la Vida desde la fundación del mundo, y nunca pueden ser borrados, mientras que los nombres de los incrédulos no están escritos en el Libro de la Vida y, por lo tanto, nunca estuvieron allí en primer lugar.
Dicho esto, hay tres pasajes en las Escrituras que se refieren a nombres borrados del Libro de la Vida: el primero de Éxodo:
Éxodo 32:31 Entonces volvió Moisés al Señor y dijo: ¡Ay!, este pueblo ha cometido un gran pecado: se ha hecho un dios de oro.
Éxodo 32:32 Pero ahora, si es tu voluntad, perdona su pecado, y si no, bórrame del libro que has escrito.
Éxodo 32:33 Y el Señor dijo a Moisés: Al que haya pecado contra mí, lo borraré de mi libro.
Observe que en este pasaje Moisés habla de un "libro", pero no menciona el nombre del libro. Dado el contexto de las circunstancias, la conclusión natural es el libro de la Ley. Moisés está diciendo que si Israel ha de ser excluido del pacto, entonces Moisés se ofrece a sí mismo para ser un sacrificio en lugar de Israel. Dios confirma que cualquiera que haya pecado contra Él queda excluido del libro de la Ley.
Puesto que la Ley no es un medio para la salvación, Dios no estaba diciendo que una persona iba a ser excluida del Cielo. Estaba diciendo que sería excluida de la nación de Israel, puesto que todo Israel estaba obligado a cumplir el pacto de la Ley. Por lo tanto, este no es un ejemplo de un nombre borrado del Libro de la Vida.
Un segundo pasaje que a veces se cita como la eliminación de un nombre del Libro de la Vida es de los Salmos:
Sal. 69:26 Porque han perseguido al que ya tú has herido,
y cuentan del dolor de aquellos que tú has traspasado.
Sal. 69:27 Añade iniquidad a su iniquidad,
y que no entren en tu justicia.
Sal. 69:28 Sean borrados del libro de la vida,
y no sean inscritos con los justos.
Este es un salmo mesiánico, en el que David pide a Dios que no permita que quienes persiguieron al Mesías se salven. Nótese que, aunque pide que sus nombres sean “borrados del libro de la vida”, también pide que “no sean inscritos con los justos”.
Un salmo es un poema, y en la poesía hebrea el objetivo no es rimar palabras sino unir frases de significado similar. En el Salmo 69:28 encontramos un par de enunciados que coinciden, y que tienen la intención de decir exactamente lo mismo de diferentes maneras. La primera frase dice: "Sean borrados del libro de la vida", mientras que la segunda frase dice: "Y no sean inscritos con los justos".
Obviamente, estas dos afirmaciones son contradictorias. O bien eres borrado o bien no eres registrado en primer lugar. Esto nos indica que estas frases no deben tomarse en forma literal. Más bien, son dos formas poéticas de expresar la misma idea: mantener a los culpables bajo castigo. Como vimos anteriormente, los nombres de los creyentes están escritos desde antes de la fundación del mundo en el Libro de la Vida, ya que están predestinados a la salvación por el Señor, mientras que los nombres de los incrédulos nunca son registrados en el Libro de la Vida.
Un tercer pasaje se encuentra en Apocalipsis:
Apocalipsis 3:5 Así el vencedor será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida, y reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.
Este versículo lleva la sugerencia de que un creyente será borrado del Libro de la Vida, pero esa sugerencia no es intencional. Observe cuidadosamente lo que Jesús dice y lo que no dice. Jesús dice explícitamente que no borrará el nombre de un creyente, y Jesús nunca dice que borrará el nombre de un creyente. Sin embargo, debido a que Jesús emitió su promesa usando una doble negación (es decir, no borrar) en el versículo 5, algunos suponen que su declaración implica que el borrado podría ser posible.
En realidad, nuestra traducción del griego al español es la culpable de esta suposición errónea. Una doble negación en griego añade énfasis sin implicar necesariamente que la condición opuesta sea posible. Así que Jesús habló en una doble negación para enfatizar la imposibilidad de ser borrado del Libro de la Vida en lugar de implicar la posibilidad.
Poniendo todo junto, vemos que los nombres de los creyentes siempre han estado en el Libro de la Vida (desde antes de la fundación del mundo), y los nombres de los incrédulos nunca han estado en el Libro de la Vida (también desde antes de la fundación del mundo), y no hay ninguna escritura que afirme que Dios añade o borra un nombre después.
Por lo tanto, sabemos por las Escrituras que Dios no borra el nombre de nadie de Su Libro de la Vida. Todos los que deben estar inscritos en Su libro están inscritos allí, ya que siempre fue el propósito de Dios salvarlos. En esto debemos regocijarnos, tal como Jesús les dijo a Sus discípulos en Lucas 10:
Lucas 10:19 Mirad, os he dado autoridad para hollar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada os hará daño.
Lucas 10:20 Sin embargo, no os regocijéis en esto, de que los espíritus se os sometan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
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