Lidero un pequeño grupo de estudio bíblico y he notado que a algunos estudiantes les cuesta entender las Escrituras. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarlos a entenderlas más fácilmente?
Enseñar la Biblia es una tarea honorable y desafiante, y lo felicitamos por su dedicación a este importante ministerio. Obviamente, es difícil para nosotros abordar exactamente qué puede estar impidiendo que algunos de sus estudiantes comprendan las Escrituras, pero antes de culparse por su dificultad, recuerde que no todos los estudiantes aprenden al mismo ritmo por diversas razones.
Además, aquí hay algunas preguntas que debe considerar al evaluar su situación:
1. ¿Son creyentes todos los participantes? ¿Sabes que cada persona de tu grupo ha llegado a la fe en el Evangelio? Como mencionaste, el Espíritu Santo es nuestro Maestro, por lo tanto, solo los creyentes son capaces de entender las Escrituras, ya que solo los creyentes tienen al Espíritu Santo trabajando en sus corazones. Pablo enseñó esto cuando dijo:
1Co 2:12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,
1Co 2:13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando a lo espiritual lo que es necesario para la salvación.
1Co 2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
1Co 2:15 Pero el espiritual todo lo juzga, pero él mismo no es juzgado por nadie.
1Co 2:16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor para que él le enseñe? Pero nosotros tenemos la mente de Cristo.
Si alguien tiene dificultades para comprender las Escrituras, puede ser una señal de que esa persona se ha unido a la iglesia como un club o evento social, pero nunca ha llegado personalmente a creer en Jesús como su Salvador. Puedes descartar esta causa mediante algunas preguntas sencillas o pidiéndole a la persona que dé su testimonio y luego escuchar atentamente lo que dice. Si no tiene un testimonio de fe en Cristo, entonces debes esforzarte por explicarle la verdad de Jesús y luego animarla a que se bautice (por inmersión, como respuesta a su fe).
2. En muchos lugares hoy en día, la Iglesia ha abandonado la práctica de enseñar la Biblia sistemáticamente, por lo que muchos cristianos son débiles en su erudición de las Escrituras y en su conocimiento bíblico. Como resultado, a muchos les resulta difícil entender los conceptos básicos de la Biblia. El autor de Hebreos advierte que este debilitamiento es el resultado de no buscar la madurez bíblica:
Hebreos 5:11 Acerca de él tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.
Hebreos 5:12 Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los rudimentos de las palabras de Dios; y tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.
Hebreos 5:13 Porque todo aquel que participa de la leche, no está acostumbrado a la palabra de justicia, porque es niño.
Hebreos 5:14 pero el alimento sólido es para los adultos, quienes por la práctica tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
Hebreos 6:1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina acerca de Cristo, avancemos hacia la madurez; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas y de la fe en Dios,
Hebreos 6:2 de instrucción acerca de los lavamientos y la imposición de manos, y la resurrección de los muertos y el juicio eterno.
Hebreos 6:3 Y esto haremos, si Dios lo permite.
Si cree que la dificultad de sus alumnos se debe a la falta de experiencia, entonces debe centrarse en enseñarles la "leche", que son los principios básicos de las Escrituras que se describen en los versículos 1 y 2. Una vez que se hayan abordado estos principios, el alumno estará en una mejor posición para aprender los conceptos más difíciles.
3. El tiempo lo es todo. No todo lo que estudiamos se nos aclarará en la primera lectura. El Espíritu no necesariamente revelará lo mismo a cada alumno de la clase, por lo que se debe decirles a los alumnos que está bien no tener claro algo, a pesar de los mejores esfuerzos que se hagan para comunicar el significado del texto. Todos debemos estar contentos de esperar al Espíritu y permitirle que nos revele lo que Él elija.