Un miembro de mi familia está planeando convertirse en maestro de Reiki, lo que, según tengo entendido, es una especie de falso sanador espiritual. Les he advertido sobre la participación en el reino demoníaco. ¿Cómo puedo mostrar mi preocupación y al mismo tiempo mantener segura a mi familia?
La Biblia es clara en cuanto a que los hijos de Dios deben mantenerse alejados de la hechicería u otras prácticas ocultas. Si el miembro de la familia dice ser cristiano, su disposición a participar en tales cosas debería generar dudas sobre su fe en Cristo. Pablo enseña que el interés por la hechicería puede ser una señal de incredulidad:
Galón. 5:19 Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: fornicación, impureza, sensualidad,
Galón. 5:20 idolatría, hechicerías, enemistades, contiendas, celos, enojos, disputas, disensiones, sectarismos,
Galón. 5:21 envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes a éstas, de las cuales os advierto, como ya os lo he advertido, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Galón. 5:22 Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, bondad, bondad, fidelidad,
Galón. 5:23 mansedumbre, dominio propio; Contra tales cosas no hay ley.
En segundo lugar, Pablo nos advierte que tengamos cuidado de participar en cualquier actividad que honre o reconozca a los demonios:
1Cor. 10:20 No, sino que digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que os hagáis partícipes de los demonios.
1Cor. 10:21 No podéis beber la copa del Señor y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios.
1Cor. 10:22 ¿O provocamos a celos al Señor? No somos más fuertes que Él, ¿verdad?
Por lo tanto, recomendamos discreción y precaución al asociarse con cualquier persona que incurra en dichas prácticas.
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