¿Cómo evito que el enemigo me haga dudar de la Palabra de Dios?
Parece como si ya estuvieras consciente de que tus dudas son infundadas y que son producto de Satanás. Como tal, las Escrituras enseñan qué hacer:
Santiago 4:6 Pero él da una gracia mayor. Por eso dice: Dios se opone a los soberbios, pero da gracia a los humildes.
Santiago 4:7 Someteos, pues, a Dios. Resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Santiago 4:8 Acércate a Dios y él se acercará a ti. Limpiaos vuestras manos, pecadores; y purificad vuestros corazones, los de doble ánimo.
Santiago 4:9 Sed miserables y lamentad y llorad; que vuestra risa se convierta en luto y vuestro gozo en tristeza.
Santiago 4:10 Humillaos delante de Jehová, y él os exaltará.
Y el escritor de Hebreos se hace eco de esto cuando escribe:
Heb. 12:4 Aún no habéis resistido hasta derramar sangre en vuestra lucha contra el pecado;
Heb. 12:5 y habéis olvidado la exhortación que os es dirigida como a hijos: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él;
Heb. 12:6 Porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo hijo que recibe.
Heb. 12:7 Es por disciplina que soportáis; Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no disciplina?
Estos escritores nos recuerdan que debemos aprender a resistir tales cosas y que el Señor permite que el enemigo nos tiente de esta manera para fortalecernos y madurar así como nuestros padres terrenales nos disciplinaron para nuestro propio bien. En lugar de desear que tus pruebas desaparezcan, te recomendamos aprovechar la oportunidad para fortalecer tu voluntad y tu mente enfocándote en Cristo y Su palabra. Al hacer esto, estará mejor preparado para servir a los demás.
Dado que tienes muchos seguidores, el Señor estará particularmente interesado en fortalecerte espiritualmente. No puedes obtener esta fuerza sin soportar pruebas. Cristo soportó mucho más que vosotros, por eso no podéis quejaros de tales cosas (ya que un esclavo no es mayor que su Amo). El orgullo es una preocupación siempre presente para quienes sirven a Cristo, e incluso Pablo necesitaba un “aguijón en el costado” para lidiar con su orgullo. Por lo tanto, acepte estas pruebas de duda y trabaje para superarlas mediante la aplicación de disciplinas espirituales.
Con respecto a las dudas específicas que sientes sobre la palabra de Dios, encontrarás que a medida que estudies más las Escrituras, dudarás menos de ellas. Por ejemplo, ¿ha realizado nuestro estudio bíblico de Isaías en línea? Si realiza el estudio, estamos seguros de que tendrá muchas razones para dejar de dudar, ya que el texto mismo da testimonio de su exactitud y confiabilidad.